Pervivencia del mundo clásico en la actualidad
Aristófanes es, ante todo, un autor comprometido con su sociedad, implicado y dedicado a cambiarla y a mejorarla. Sus textos no sólo son universales sino que están hoy más que nunca de plena actualidad. Su profundo conocimiento de los defectos del comportamiento humano lo convierten en un espejo en el que reconocer temas tan comunes como la corrupción política, la violencia, la injusticia…
Veamos estos textos:
Dinero. Aristófanes

Diálogo entre Crémilo, ciudadano,  su siervo Carión y el personaje de Dinero.
CARIÓN.-Está claro, hasta para un ciego, que hoy día lo más provechoso es huir de
proceder con rectitud y honradez.
CREMILO.-El espíritu del oráculo no puede ser ese, sino otro más noble y elevado. Si
ese hombre nos revelase quién es y por qué ha venido, quizá pudiéramos comprender
el sentido misterioso del oráculo.

Diálogo entre Crémilo, ciudadano,  su siervo Carión y el personaje de Dinero.
Carión; Por ejemplo, en las guerras ganan siempre aquellos que tienen a Dinero de su parte.
Dinero ; ¿Tantas cosas soy capaz de hacer yo solito?
Crémilo: Sí, por Zeus...  nunca nadie está harto de ti, Dinero. De todas las demás cosas uno se puede hartar: de amor
Carión: de pan...
Crémilo: de música...
Carión: de frutos secos...
Crémilo: de honores...
Carión: de tartas...
Crémilo: de valentía...
Carión: de higos secos...
Crémilo: de ambición...
Carión: de tortas de cebada...
Crémilo: del mando...
Carion: de puré de lentejas...
Crémilo: pero de ti, nadie nunca llegó a hartarse. El que recibe trece talentos, con mucha más gana quiere conseguir dieciséis. Y si los logra, quiere cuarenta, y dice que no vale la pena vivir si no los llega a tener.”

 ASAMBLEÍSTAS. ARISTÓFANES

PRAXÁGORA.- […] Por lo que a mí concierne, me importa tanto este país como a vosotros, pero me aflijo y mucho me acongoja toda la política de la ciudad, porque veo que siempre tiene malos gobernantes. Y alguno, con un poco de suerte, puede ser bueno un día, pero es malo diez; y si se le encomienda el gobierno a otro, comete aún más fechorías […]
LAS AVISPAS. ARISTÓFANES

FILOCLEÓN.-Empezaré por probar desde las primeras palabras que nuestro poder no es menor que el de los reyes más poderosos. Pues ¿quién más afortunado, quién más feliz que un juez? ¿Hay vida más deliciosa que la suya? ¿Exis­te algún animal más temible, sobre todo si es viejo? Para cuando salto del lecho, ya me están esperando unos hombres de cuatro codos que me escoltan hasta el tribunal; apenas me presento, una mano delicada, que fue esquilmadora del erario, estrecha blandamente la mía; los acusados abrazan suplicantes mis rodillas, y me dicen con lastimera voz: «Ten compasión de mí, padre mío; te lo pido por los hurtos que hayas podido cometer en el ejercicio de alguna magistratura o en el aprovisionamiento del ejército.» Pues bien, éste a quien me refiero, no sabría siquiera si yo existía si no le hubiera absuelto la primera vez.

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